VOLVER A VOLVER



Esperando todo, así, entre cigarro y cigarro y entre cada intento de dejar de fumar. Esperando. Corriendo. Yendo a por las cosas que no llegan, viviendo en un mundo de sueños y flechas. Analizando y leyendo cada señal, para acertar, para equivocarme. Siempre esa intuición en forma de as de corazones. Y volver a volver, a veces, con nada entre las manos. Pero es mejor que quedarme sin haberlo intentado. Vuelvo al palco de las horas enteras a ver los edificios de Madrid teñirse de naranja al atardecer para luego volver al camino de horas vacías y edificios vestidos de negro y estrellas. Agarro la botella y camino entre las fieras sin dientes. Aquí la selva es de acero, humo y asfalto. Aquí se pisan sueños con la suela del zapato. Hay personas que abren el cubo de la basura y te arrojan a él, sin ganas ni fuerzas, y cuando sales de nuevo un pedazo del mundo se ha terminado. Como los empresarios multimillonarios de Wall Street que en el 29 saltaban por los balcones del Empire State después del crack, al arruinarse. Así saben lanzarte algunas personas, solo que ni siquiera te espera el suelo de neón de Nueva York. Simplemente caes a la nada y luego vuelves. Como dije, volver a volver, ¿qué si no? Quedarte sin alas no sirve ni siquiera para andar. Pero me quedo, a veces, andando por el sol de la ira leyendo paz en el helio y el éter púrpura del pensamiento de Dios, al ver la creación incluso en los valles y la sierra. Aquí, en mi corazón azul, incluso un poco de odio, en realidad, a veces, aunque me cueste decirlo. E intensidad, a cada instante, poco a poco. Convierto en dioses seres mortales mientras muero poco a poco pero lo hago sólo por sentirme viva. Hacer universos de canicas, y así, el tiempo ,congelado en el espacio, haciendo estallar un universo. Esperando todo, así, entre cigarro y cigarro y entre cada intento de dejar de fumar. Esperando, corriendo, yendo a por las cosas que no llegan, viviendo en un mundo de sueños y flechas.


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