LUNES







Aún escucho el tintineo de las copas en aquel bar rosa de Nueva York.
Los lunes como una tormenta de piedras transparentes que chocaban en los ojos.
Soñaba, soñaba,
la luna verde.
La luna verde
en mis ojos como piedras
transparentes.

El lunes es un concepto inmenso.

Y todo salía mal,
y luego todo salía bien,
y la tormenta se reiniciaba como un ordenador.

Recuerdo que meses más tarde fui a las aldeas de casas
a las orillas del mar
en Seattle.

No voy a fingir
que tengo tema de conversación.

Ahora sí que quiero descansar del sábado,
tengo que
cerrar los ojos
porque vienen piedras a mis pupilas
como si el mar fuese de tierra
como si estuviera en Nueva York
y todo saliera mal
para luego salir bien
demasiados años después.

Aún escucho el tintineo rosa de las copas de Nueva York
cuando la tormenta de piedras invisibles
tambaleó la tierra.






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